Normalmente, los autobuses son una de las opciones más seguras para los pasajeros, pero sufrir un accidente puede arruinar tu viaje y dejarte con lesiones. La seguridad debe ser tu prioridad, y también la del conductor.
Antes de subir a un autobús, compruebe algunas cosas. Empieza por fijarte en el propio material; ¿qué aspecto tiene el autobús? ¿Está en buen estado? Si parece destartalado o con muchas abolladuras, arañazos o desgaste, puede ser señal de que el el vehículo no se ha mantenido a un alto nivel.
¿Cómo es el conductor? ¿Parece despierto y consciente? ¿Parece estar enfermo o sano? Estar enfermo o cansado puede poner al conductor en situación de provocar un accidente.
Investigue también la empresa y compruebe si existen quejas o infracciones de las normas federales de seguridad. Los conductores que trabajan con la empresa deben tener licencia y no deben tener violaciones en sus licencias.
Si sufre un accidente por culpa de un conductor peligroso o negligente, puede pedir una indemnización. Si compruebas de antemano toda la información posible, podrás evitar ponerte en riesgo de sufrir esas lesiones.
Fuente: Administración Federal de Seguridad de los Autotransportes, "Mire antes de reservar," consultado el 30 de junio de 2016