Para diagnosticar una lesión en la cabeza, los médicos utilizan la escala de coma de Glasgow, conocida como GCS. Esta prueba tiene 15 puntos y evalúa el estado mental de un paciente. Si un paciente obtiene una puntuación alta en la prueba, significa que tiene una lesión craneal menos grave. Los que obtienen una puntuación baja son los que presentan lesiones más graves.
El médico también necesitará saber qué ocurrió. Si no lo recuerda pero tiene un testigo, esa persona podrá explicárselo, para que el médico pueda hacerse una mejor idea del impacto en la cabeza y el cerebro. Una vez comprendido esto, el médico puede empezar a evaluar las funciones nerviosas y los movimientos oculares, junto con otras reacciones importantes.
Las tomografías computarizadas y las resonancias magnéticas pueden ser beneficiosas cuando se trata de diagnosticar una traumatismo craneal. Si se realizan pruebas de imagen, podrán mostrar daños estructurales, así como hemorragias, coágulos e hinchazón. Esto puede ayudar no sólo a mostrar la gravedad de una lesión, sino también lo bien que se está curando con el tiempo. Los pacientes no suelen someterse a una resonancia magnética hasta que están estables, mientras que la tomografía computarizada se solicitará en cuanto el paciente pueda someterse a ella.
Fuente: Healthline, "Lesión en la cabeza," consultado el 04 de febrero de 2016